sábado, 30 de mayo de 2015

Mil intentos












Mil intentos…. 
Autor: Carlos Granados Gamboa.

Ayer trate de olvidarte una vez más,
traté, te juro que traté, lo juro
Intente en los brazos de otra mujer


pero no me fue muy bien,

hoy en otro intento desesperado 

traté de ahogar tu recuerdo con wisky,

mi odioso y amado wisky,

compañero fiel en las buenas y en las malas,
no lo logré…




Entonces tome un lápiz y papel, comencé a escribir 
y surgieron palabras de amargura y desesperación,
palabras de odio y venganza,
y cuando por fin pensaba haberte enterrado 
en el terreno profundo de estas letras
y te había puesto en el lugar donde deberías estar
en el cajón de las medias sin par…
en la esquina donde la escoba nunca llega;
entonces sentí un fuego que me abrazaba,
que me apretó el pecho, la cabeza, el alma,
una lágrima traidora irrumpió como un recordatorio,
era la advertencia de que para olvidarte 
debía primero arrancarme una parte de mi ,
para olvidarte debía sacarme el corazón y echarlo a las brazas…
¿Y como vivir sin tu recuerdo? sin la memoria de ese aroma
y ese sabor de tu intimidad, 
sin esa mano que toco mi cuerpo y mi corazón.
esas manos que besaba como quien adora una imagen religiosa
¿Cómo vivir sin el recuerdo de tu cabello? ese que 
peinabas religiosamente sentada junto a la cama,
solo para darme el gusto de volver a dejártelo
hecho puros enredos, 
¿Y como olvidar esos ojos tristes?
que hablaban sin parar, esos ojos que vi llorar
de tristeza un día y otro de felicidad, esos ojos que se convirtieron en un vicio para mi, esos ojos negros,
a veces tan vacíos, otras tan llenos,
hoy horribles y tan feos, ayer tan bellos,
unas veces distantes y otras tan cerca
tan cerca que podía amarlos y besarlos…

Olvidarte seria quitarme la memoria,
sería borrar el tiempo y con él todos los años que espere por ti,
¿cómo volver a nacer para borrar tu recuerdo?,
¿y si lo logro y para mi desgracia te vuelvo a querer?
¿De que habrá valido arrancarme el corazón del pecho?...

La lágrima cayó sobre la hoja y en esa lágrima 
que lentamente me abofeteo la cara,
estabas tú, y en ella había un pensamiento 
“¡Tu presencia engrandece mi existencia¡, no imaginas cuánto te quiero,” decía con letras de color rojo, rojo como 
la sangre que brotaba del corazón puesto 
sobre la mesa, el corazón que recién me había
sacado del pecho…
recogí la vícera, tire la hoja, enjute el rostro guarde mi copa,
me recosté en mi cama… y mañana, quizás mañana
pueda lograrlo, si, amor mío, mañana hago otro intento…

Mil intentos…. 
Autor: Carlos Granados Gamboa.

Cuando ame de verdad........ por Charles Chaplin

chaplin

Cuando me amé de verdad, por Charles Chaplin

Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.
Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… autenticidad.
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama… madurez.
Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.
Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es… simplicidad.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.
Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… plenitud.
Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!
No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.
Charles Chaplin.

viernes, 29 de mayo de 2015

Olvide el camino al infierno.











¡Mierda, olvide el camino al infierno¡
Buscando el amor recorrí un camino oscuro y frio,
en algún momento me perdí en la calzada


unos escalones oscuros me llevaron a tu abismo


_ho demonio sin alma, ¿para qué me abrigaste al llegar el alba?

dejarme perecer en soledad, un acto de piedad hubiese sido..

pero eso sería mucho pedirle a un demonio tan sínico.
Allí en ese infierno me torturaron tus malvados ojos,
esos malditos ojos bellos con los que me castigas hoy
me quemaron tus abrazos, ha tortura, fue sentir tu fuego
con tus piernas largas y torneadas cada noche recibía mil latigazos…
y era obligado a respirar el aroma de tu cuerpo.
En el momento de éxtasis entre ambos,
me abrazabas y me hacías recordar que era tu esclavo,
y moría, moría, entre tus pechos y la locura de tu pelo
qué bueno era morir así todas las noches,
tan solo para esperar con ansias al día siguiente
como buen cautivo sin celos, sin gritos, sin reproches…
con la esperanza de tener la oportunidad nuevamente
de ser quien reciba tus castigos por estar condenado.
Hoy que ya no estoy más en ese infierno
olvide el camino para siempre, para mi pesar
pero cuando me acuerdo de tus maneras de torturarme …
sabes ¡mujer¡, creo que ya no quiero ser bueno,
no quiero ir al cielo, si tu no estas allí, y sé que no será así,
es posible que si me porto muy, muy, muy mal el mismo Dios
me castigue, una, dos , tres eternidades por pecador
y. me arroje para siempre en tu infierno¡
Autor: Carlos Granados Gamboa.